Hoy en día, el término "exposoma" se utiliza para describir todos los factores ambientales que pueden repercutir en la piel y sus apéndices. Se sabe desde hace tiempo que los rayos del sol, la contaminación atmosférica (tanto exterior como interior) y el humo del tabaco apagan la tez, alteran la firmeza de la piel y aceleran la aparición de arrugas y trastornos de la pigmentación.
En el caso del cabello, la contaminación atmosférica debilita las fibras capilares, y la deposición de partículas hace que el pelo se vuelva opaco y quebradizo. Pero hay otro tipo de consecuencias: la contaminación olfativa. El cabello es famoso por captar muy fácilmente los olores, ya sean buenos o malos. Al fin y al cabo, ¿quién no se ha quejado de tener el pelo con olor a tabaco, humo o fritos después de pasar tiempo en ambientes "contaminados"?
Para combatir estos "malos olores", Eurofins Cosmetics & Personal Care ha desarrollado un nuevo método que nos permite evaluar la eficacia "antiolor" de los productos capilares (champús, acondicionadores, productos sin aclarado o brumas). Se tratan mechones de cabello antes y después de un contacto prolongado con moléculas olorosas (elegidas en función de sus necesidades) y, a continuación, nuestro panel de expertos evalúa el efecto neutralizador del olor del producto en comparación con los mechones no tratados.