Basándose en datos de 2018 a 2021, un estudio de la Euipo (la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea) indica que las ventas de productos cosméticos auténticos han registrado pérdidas anuales de 3.000 millones de euros.
La Euipo analizó tres sectores de actividad: juguetes, ropa y calzado, y cosméticos, en Europa. De los tres sectores estudiados, el de los cosméticos es el que menos ha sufrido las consecuencias de la falsificación, ya que las pérdidas sufridas por los fabricantes de cosméticos auténticos ascienden a algo menos del 5 % de las ventas totales en la Unión Europea. Sin embargo, la industria cosmética francesa es la más afectada en términos absolutos, con unas pérdidas anuales de ventas de 800 millones de euros.
Más allá de las pérdidas monetarias
Según el informe, Alemania, el mayor mercado de consumo de la UE, pierde casi 40.000 empleos en los tres sectores estudiados. Otros países importantes también pierden puestos de trabajo, como Italia (24.000), Polonia (18.000), España (15.000) y Francia (más de 14.000).
Además de las pérdidas monetarias y el impacto en el mercado laboral, el informe señala que la falsificación puede plantear riesgos significativos para la salud y la seguridad de los consumidores cuando se trata de juguetes y cosméticos. Estos productos potencialmente peligrosos representan el 15 % de los artículos falsificados incautados en las fronteras exteriores de la UE, según una evaluación de la amenaza de los delitos contra la propiedad intelectual realizada por la Euipo en 2022.
El conocimiento y la percepción de los productos falsificados por parte de los consumidores europeos es un factor clave. Según el estudio de la Euipo de junio de 2023 sobre la percepción de la propiedad intelectual (PI), un tercio de los europeos cree que es aceptable comprar falsificaciones si el precio del producto auténtico es demasiado alto. Esta proporción se eleva a la mitad entre los jóvenes. El estudio tiene en cuenta la proporción de personas que admiten haber comprado productos falsificados, por error o intencionadamente, en cada país. Además, el estudio muestra que los delitos relacionados con la propiedad intelectual tienen vínculos con otras formas graves de delincuencia.