En el marco de su misión de promover el uso de los aceites esenciales en la atención sanitaria, la Fundación Gattefossé concede una subvención a la asociación malgache AROVA (Aromaterapeutas de Vakinankaratra), que reúne a médicos formados en aromaterapia.
Esta subvención de 5.000 euros está destinada a financiar formación de personal médico en aceites esenciales malgaches y paramédicos de la isla. Ochenta terapeutas recibieron formación en 2013, 2014 y 2015 con el acuerdo del Departamento de Medicina Tradicional del Ministerio de Sanidad malgache, y esta subvención permitirá formar a un centenar más.
De acuerdo con el Ministerio de Sanidad malgache, AROVA imparte formación sobre los aceites esenciales locales para que el mayor número posible de personas pueda utilizarlos en los centros sanitarios de la isla (dispensarios, centros de atención primaria). La asociación también suministra mezclas de aceites a los terapeutas formados en su uso en los centros de salud.
Los cursos de formación adoptan la forma de talleres prácticos en grupos reducidos. Permiten mejorar las prácticas médicas mediante el intercambio de casos prácticos, al tiempo que presentan las alternativas o complementariedades de los aceites esenciales con la medicina convencional (en infectología, por ejemplo). Estas prácticas tienen en cuenta el coste del tratamiento y la calidad de vida del paciente.
Los aceites esenciales utilizados por AROVA son suministrados a precios mayoristas por la ONG "Coeur de Forêt", que participa en la reforestación de Madagascar (100.000 árboles plantados entre 2006 y 2014) y apoya proyectos en beneficio de las poblaciones locales.
El personal sanitario malgache necesita formación en el uso de aceites esenciales locales en el centro de la salud pública, la economía social y el desarrollo sostenible. Madagascar produce más de 30 aceites esenciales diferentes, pero esta riqueza nacional sigue estando mal organizada, y todos los productos se exportan al extranjero, sin apenas beneficio para la salud de los propios malgaches ni para la economía familiar del país.
Estudios anteriores publicados en revistas internacionales han demostrado que es posible tratar un gran número de enfermedades respiratorias y dermatológicas comunes, y todas las infecciones en general, con eficacia y a un coste modesto, lo que abre la perspectiva de utilizar los aceites producidos en Madagascar en beneficio de la población, sobre todo en los dispensarios a los que acuden los más desfavorecidos.
Así pues, la disponibilidad de aceites, su bajo coste y su eficacia favorecen la aparición de un fuerte movimiento de aromaterapia y la demanda de los médicos y profesionales sanitarios de la isla va en aumento. El Ministerio de Sanidad malgache expresó recientemente su apoyo a la extensión de la fitoaromaterapia en la isla, fomentando el desarrollo de cursos de formación.